Existen varios significados
del Amor, pero uno muy acertado consiste en que el amor es un concepto universal
relacionado a la afinidad entre los Seres humanos. Es interpretado como un
verdadero sentimiento relacionado con el afecto y el apego productor y propulsor
de emociones, experiencias y actitudes. El Amor es tan complejo que se torna
difícil de comprender ya que tales emociones pueden resultar ser extremadamente
poderosas.
Es cierto que el amor encierra
muchos conceptos, hay distintos tipos de amor y también las formas de expresarlo
son diferentes. El amor es la inspiración total a cada acto consecuente para ser
felices, y como un valor, es una fuerte inclinación emocional hacia una persona,
es noble y la fuerza más dinámica que podemos tener para impulsarnos hacia
cualquier clase de bien que conozcamos. Las personas somos sujetos con derecho
amar y a que nos amen tal como somos, nos somos objetos de nadie y como sujetos
somos dueños de nuestros propios actos, propietarios de sí mismos con la plena
capacidad de controlarnos.
El amor no es una relación, es
un estado del ser, tampoco es una dependencia, el amor no es deseo. Cuando se
confunde al deseo, se vuelve motivo de sufrimiento. También es un valor supremo
y en base a la amplitud de éste, existen diferentes tipos de amor.
El amor como sentimiento
universal es uno de los sentimientos más maravillosos que el ser humano puede
sentir y experimentar. Es intangible, sin embargo, provoca fuerza y un estado de
paz, tranquilidad, alegría y por lo consiguiente un bienestar generalizado. El
amor todo lo puede, todo lo aguanta; cuando hay amor hay esperanza, la
perspectiva hacia la vida cambia las actitudes se vuelven positivas recordando
aquel momento o persona con una sensación de felicidad circunstancial, cada
detalle de los acontecimientos causan placer tan solo el que pasen por nuestra
mente, cada lugar y cada momento y cada cosa nos hace sentir el amor que
vivimos. Gracias al amor tenemos el valor de afrontar cualquier obstáculo, somos
capaces de perdonar, cuando hay amor no se ven los defectos ni los errores, solo
se espera ansiosamente el momento para disfrutar a la persona o circunstancias
causales del amor que se sentimos. Cada minuto se pasa como un relámpago, las
horas se van tan rápido que el tiempo parece no existir. No quisiéramos que el
tiempo avanzara para no deshacer aquellos momentos maravillosos.
El sentimiento del amor nos
envuelve poniéndonos una venda en los ojos para no ver defectos y, se puede
decir que hace que nos enajenemos de la realidad viviendo un sueño con cosas
fascinantes y eso hace que se logre el verdadero disfrute en cada acción
manifestada se vuelve fuerza cuando el amor resulta verdadero, cuidamos cada
detalle para que no se esfume de nuestra vida. El amor lo hacemos tan preciado
que lo aquilatamos como el elemento más valioso que existe. El amor nos envuelve
con su magia poderosa para dejarnos llevar por él como el viento a una pluma,
nos levanta para vivir y nos da la fortaleza y fuerza para lograr ser felices.
Nos abraza con su dulzura y su ternura removiendo hasta el más oculto de los
sentimientos formándonos una coraza para que nadie, ni nada atente contra
él.
Sin embargo, cuando el amor se
apodera de nosotros con tanta fuerza, si no se fortalece el amor termina por
difuminarse e irse de nuestra vida, para regresar a nosotros en otro tiempo
inesperado. No se sabe el momento en que volverá a presentarse y más aún, cuando
se le ha lacerado.
No obstante, el valor del amor
es generoso y nos da la oportunidad de volver a buscarlo y traerlo de vuelta a
nuestra vida, solo el tiempo es el único que nos llevará hacia él. Es el único
que se encarga de poner en nuestro camino por la vida otra persona capaz de
cuidar y consentir al amor. Cuando uno menos se lo espera la vida nos tiene
preparada una sorpresa que nos hará olvidar el pasado. Llegará a nosotros una
nueva persona o acontecimientos capaces de revivir ese sentimiento tan
maravilloso que es el amor.
Sin duda que el amor se
tornará más fuerte y se adherirá a nosotros con tal fuerza con la que llegó,
esperando que lo procuremos, consintamos y le demos su lugar en nuestra mente y
corazón como él se merece; para provocar los tan esperados momentos
inimaginables.